El entorno natural que rodea a Calatayud

La atracción de los balnearios, una de las fórmulas turísticas con mayor proyección en Aragón, el encanto del Monasterio de Piedra, la historia y la cultura de Calatayud, el sabor de las poblaciones que conforman esta comarca. un recorrido mágico con infinidad de alternativas con las que complacer los más diversos deleites.

Recorrer Calatayud

Ejerciendo la capitalidad indiscutible de la comarca se encuentra Calatayud, una ciudad monumental que fusiona entre sus calles un compendio de culturas, estilos y tradiciones.

Su estratégica ubicación ha favorecido durante el paso del tiempo el que numerosos pueblos se asentasen en la actual comarca. Su capital está declarada Conjunto Histórico y Monumental desde 1967.

El Entorno Natural Que Rodea A Calatayud Ayyub

Qal´at Ayyub mudéjar

De toda la comarca, Calatayud es la población que mayores vestigios mudéjares conserva a pesar de que el paso del tiempo, por destrucciones o por descuido, ha eliminado algunos de ellos. De todas las edificaciones existentes la colegiata de Santa María es la más representativa. El claustro, el ábside y la imponente torre, que se divisa desde gran parte de la localidad, son los mayores atractivos que ofrece el legado árabe. Pero no es la única iglesia ya que otras como San Andrés, San Pedro de los Francos, Virgen de la Peña o la actual colegiata del Santo Sepulcro son otras muestras del arte mudéjar que Calatayud esconde.

De todas ellas, además de la estructura y los materiales exteriores, destacan los interiores y la decoración interior. Una de las opciones para recabar información sobre la cultura musulmana de la ciudad es la oficina de turismo situada en la Plaza del Fuerte, s/n.

El Municipium Augusta Bilbilis romano

A unos cinco kilómetros de Calatayud se encuentra la antigua ciudad romana del Jalón, Bilbilis.

La herencia mudéjar a través del río Qal ´at Ayyub fue durante cuatro siglos ciudad ocupada y gobernada por musulmanes. Y en todo este tiempo (714-1120) árabes y bereberes dejaron constancia de su cultura con una impresionante referencia artística mudéjar. Para recorrer la ruta mudéjar de Calatayud, podemos tomar como vías los cursos de los distintos ríos que atraviesan la comarca. Empezando por el Jalón, la localidad de Ateca posee una de las torres mudéjares de Aragón más singulares ya que sus cuatro caras estuvieron decoradas igual. A poca distancia, sobre un torreón del castillo se edificó la Torre del Reloj, una muestra mudéjar del siglo XVI. Siguiendo el cauce con dirección a Terrer, llama la atención la torre de la iglesia muy similar a la de Belmonte y Aniñón. Otras torres destacadas de esta zona son las de Huérmeda, Paracuellos de la Rivera y Saviñán.

Si tomamos ahora el cauce del río Jiloca sus aguas nos irán descubriendo numerosas localidades cuya riqueza es más que notable. Maluenda, uno de los epicentros mudéjares, posee tres iglesias con interesantes ábsides, yeserías, pórticos y, evidentemente, torres. Aunque algo separada del curso del río, la localidad de Olvés esconde una curiosa ermita que, junto con Velilla, Morata, Fuentes y Villafeliche, componen el epicentro mudéjar que transcurre al lado del Jiloca.

El Perejiles, un río que transcurre paralelo a su vecino Jiloca, vertebra lo que sería otra ruta mudéjar. Villalba y los restos de su mezquita, la iglesia de Belmonte, la torre de Mara y algunos vestigios que se encuentran en Orera y Ruesca son sus principales embajadores.

Un afluente del Jalón, el río Ribota, y las localidades colindantes también conservan numerosos restos mudéjares. Destacan la iglesia de Torralba, la de Aniñón, la de Cervera de la Cañada y en menor medida la de Villarroya de la Sierra, ya que conserva pocos restos.

El Monasterio de Piedra

Rutas Gastronomicas Por Aragon Monasterio Piedra

Uno de los recursos turísticos y monumentales más importantes de Aragón, un oasis natural que rompe la estética árida, un manantial de silencio donde el agua salpica de belleza todo cuanto cubre. Así es el Monasterio de Piedra, fundado por los mojes del Císter en el siglo XII y convertido en el hotel y en el actual paraje natural en el XIX.

Y son estas dos vertientes, la monumental y la paisajística, las que fragmentan este magnífico conjunto turístico.

Descubrir las dependencias del Monasterio

Este itinerario está conducido por las guías que van mostrando al viajero la forma de vida y costumbres de los antiguos monjes. Recorren el claustro, la sala capitular, la abadía, la cripta, el pasadizo, la sala de carruajes, el refectorio y la cocina conventual, entre otros. En este último lugar fue donde se introdujo por primera vez el chocolate en Europa. De ahí que la visita se endulce cada vez más.

En las bodegas destaca el Museo del Vino de la Denominación de Origen Calatayud, un espacio totalmente recomendable para conocer el pasado y presente de los vinos de esta prestigiosa comarca vinícola.

Perderse por la naturaleza

Otra de las posibilidades que brinda el Monasterio de Piedra es la de recorrer los distintos itinerarios que atraviesan este Espacio Natural Protegido. Dependiendo de la ruta elegida, que aparecen marcadas con flechas rojas, azules y verdes, iremos descubriendo los distintos rincones del parque. Las rojas deambulan por las instantáneas más recomendables: Desde el impresionante mirador de la Cola de Caballo se desciende hasta la Gruta Iris y se atraviesa la Peña del Diablo, el relajante Lago del Espejo, Los Chorreadores, el Lago de los Patos, o La Gruta del Artista, entre otros. Realizar este recorrido es ahondar en uno de los parajes más hermosos de Aragón.

La ruta señalada con flechas azules conduce a El Vergel y al innovador Centro de Interpretación de Fauna Piscícola, el primer centro de piscicultura de España.

Por último, la señalética verde destaca las áreas de descanso y los lugares para contemplar tan impresionante manifestación natural. Paseos tranquilos, rincones para lecturas, silencio. un remanso de quietud y sosiego.

El Entorno Natural Que Rodea A Calatayud M Piedra

La ruta de los balnearios

El Entorno Natural Que Rodea A Calatayud Balnearios

La comarca de Calatayud cobija el principal número de balneario de la provincia de Zaragoza que quedan enmarcados en las localidades de Jaraba, Alhama de Aragón y Paracuellos de Jiloca. Seis son las estaciones termales que han hecho de esta parte aragonesa uno de los principales puntos de interés del sector balneario nacional.

Todos los balnearios:

Las bondades del agua

El Entorno Natural Que Rodea A Calatayud Plz Mayor

Los balnearios han dejado de ser únicamente centros de salud para convertirse también en lugares de ocio y descanso. Pero las propiedades curativas del agua y de sus distintos tratamientos son recomendables para contrarrestar enfermedades cutáneas o combatir problemas renales, para reumáticos o personas con dificultades en el riñón, para hacer frente al cansancio, cistitis, inflamaciones reumáticas o problemas urinarios y digestivos. Baños, masajes de mil y un tipos, chorros de agua, inhalaciones, duchas circulares, tratamientos estéticos. un buen número de formas para poner a punto nuestro organismo. A todas estas posibilidades curativas se une el atractivo del entorno que rodea a los balnearios que muestran otras tantas alternativas de ocio al aire libre.

Cómo llegar

La ruta de los balnearios da comienzo en Alhama, una pequeña población situada a 600 metros de altitud a la que se accede por la carretera N-II perfectamente señalizada y que transcurre por un paraje tremendamente gratificante. Desde esta localidad tomaremos la A-2502 que desemboca en el embalse de La Tranquera para continuar camino hacia Jaraba por otra carretera comarcal, la A- 1501. En este municipio bañado por las aguas del río Mesa, también aparecen, nuevamente, otros balnearios de agua termal.

Únicamente queda un poquito apartado el de Paracuellos de Jiloca al que accederemos desde Calatayud por la carretera que conduce a Maluenda (N-234). A camino de estas dos localidades se encuentra el balneario de Paracuellos.

Culinario

La gastronomía clásica de Calatayud está comandada por dos referencias clásicas cuya popularidad representa en ocasiones la cocina que se viene desarrollando en toda la comarca. Por un lado el «ternasco a la bilbilitana» y, de otra parte, el «congrio a la bilbilitana». Y es este pescado curado el que forma parte de otras recetas clásicas como son las patatas y los garbanzos con congrio. También procedente de ríos destacan las truchas que atraviesan los cauces y que se elaboran fritas con harina. Con respecto a los cárnicos, los fardeles elaborados con hígado de cerdo, mantienen la presidencia junto con chorizos, morcillas y güeñas.