Sugestivo Valle de Tena

Para muchos representa uno de los lugares más hermosos del Pirineo aragonés. Desde sus llanos, hasta las altas cumbres, el valle de Tena estimula los cinco sentidos con un sinfín de atractivos que lo convierten en una de las arterias más impresionantes de la cordillera pirenaica.

Aires de grandeza

Todos sus rincones evidencian aires de grandeza manteniendo el carácter montañés y acogedor que exhibe el Pirineo aragonés. El verde de los pastos se funde con el azul de las aguas de ibones y riachuelos. El paisaje abrupto de las altas cumbres se suaviza conforme vamos descendiendo hasta llegar a pequeños pueblecitos con un magnetismo innato en donde cualquier simple detalle se convierte en una magnífica panorámica.

Sallent de Gállego, a los pies de Peña Foratata, Formigal y su estación invernal, Panticosa y sus contrastes cromáticos, y Biescas, como pórtico de entrada al valle, son las principales localidades de Tena a las que se suman otras muchas de semejante belleza.

La arquitectura pirenaica, donde se unen la oscura pizarra y la piedra, las callejuelas empinadas, las arboledas, puentes, fuentes y recovecos producen una sensación de sosiego al mismo tiempo que sirven como escenario para realizar un buen número de actividades al aire libre.

Si el Pirineo supone ya de por sí un interesante punto turístico, el Valle de Tena se presta a acrecentar esta concepción que lo convierte en uno de los lugares de mayor atracción de toda la comunidad aragonesa.

Un recorrido inesperado por la Bal de Tena

Sugestivo Valle De Tena Sallent De Gallego

Cruzar el valle de Tena, tradicionalmente, se ha venido haciendo por su principal vía de comunicación, la A-136 que recorre desde Biescas hasta Sallent de Gállego pasando por el embalse de Búbal y el pantano de Lanuza. Pero existen otras alternativas, dos carreteras complementarias menos frecuentadas que descubren otros puntos de vista.

A escasos kilómetros de Biescas, lo que puede considerarse como la puerta del valle, llegamos a la presa de Búbal. Y es en este punto donde nuestro viaje se aparta de la ruta usual. Tomamos la carretera que, con rumbo a Hoz de Jaca, atraviesa la presa y comienza a ascender hasta esta diminuta localidad durante tan solo tres kilómetros.

Una vez en Hoz hay que hacer un alto y contemplar desde el mirador, ubicado a la salida del pueblo, una de las mejores vistas de todo el valle.

Retomamos la ruta por la única carretera que sigue paralela a la orilla derecha del embalse hasta llegar al Pueyo de Jaca, uno de los municipios que mayor crecimiento está experimentando. Allí podremos visitar la Iglesia de San Miguel (S. XVI), tomar unas estupendas «sopetas» en la terraza del bar El Embalse o simplemente descansar en la margen de Búbal o del río Caldarés.

Desde El Pueyo de Jaca, a la derecha, llegamos, a pie o en coche, hasta Panticosa o bien continuamos a la izquierda rumbo hasta Escarrilla. Los más aventureros partirán hacia la Punta Cochata, una excursión muy asequible y recomendable, mientras que otros menos atrevidos pueden deleitarse con los numerosos rincones que muestra este pueblecito.

Es en Escarrilla donde convergen los ríos Escarra y Gállego y en donde inmediatamente se abre el embalse de Lanuza. En este punto volvemos a salirnos de la ruta habitual.

Podemos llegar hasta Sallent de Gállego bien por carretera o por el camino que bordea el pantano, más aconsejable, para recorrer las calles silenciosas del pueblo abandonado de Lanuza.

Desde ahí llegamos a Sallent.

Sallent de Gállego: la cabeza visible del valle

Una de las localidades más importantes de Tena es Sallent de Gállego, ubicada en la cola del embalse de Lanuza y bajo los pies de la Peña Foratata. Su iglesia de estilo gótico del XV, con un imponente retablo plateresco, el puente romano y su cercano parque infantil, el triple arco románico de la plaza y la amplia oferta de servicios, convierten a Sallent en un lugar muy recomendable para pasar unas vacaciones. Verano, invierno. Todo el año para encontrar un sinfín de propuestas que incluyen, además, excursiones, una variada base de flora y fauna, actividades deportivas por tierra, mar y aire, festivales y fiestas populares. ¿Se puede pedir más?

Retomar el camino de regreso

Sallent es el último pueblo antes de llegar a Formigal desde donde conseguir, cruzar la frontera por El Portalet. Pero para regresar nuevamente hasta Biescas evitando la A-136, otra alternativa es tomar la vía que atraviesa las localidades de Sandiniés, Tramacastilla y Piedrafita y que converge en el embalse de Búbal.

De estas tres localidades parten numerosas sendas que destacan por su accesibilidad y por su poca dificultad. Son muy recomendadas para toda la familia, sobre todo la que llega desde Escarrilla hasta la Punta Cochata, la que termina en el bosque de Betato-Piedrafita que sale desde Tramacastilla o la que parte en Piedrafita y llega hasta el ibón de Piedrafita. Otro de los senderos recomendables es la que une estos tres hermosos municipios mediante un sendero de moderadas pendientes y vistas sorprendentes.

Descubrir la riqueza arquitectónica de estos lugares, sentarse a las mesas de sus agradables restaurantes o practicar un buen número de actividades al aire libre, son algunas de las propuestas que sugiere esta parte del valle de Tena.

Naturaleza y fauna en Lacuniacha

Lacuniacha es una nueva alternativa de ocio que complementa otras actividades que se pueden desarrollar dentro del singular paisaje que nos ofrecen los Pirineos Centrales, en Aragón, provincia de Huesca, Valle de Tena, tanto en invierno como en verano, Lacuniacha proporciona un grato recuerdo a todas las personas que disfrutan de su tiempo de ocio, es una actividad apta para todas las edades.

Ocupa una extensión de treinta hectáreas y se halla en el término municipal de Piedrafita de Jaca, a dos kilómetros de su núcleo urbano, se puede acceder fácilmente en coche hasta la entrada, donde cuenta con una amplia zona de aparcamiento para turismos y autobuses. No es un zoológico ni un parque temático, es un bosque, en el que se realiza un recorrido de entre dos y tres horas de duración, se puede disfrutar de una jornada completa. En el recinto existen zonas de descanso donde se pueden adquirir bocadillos fríos y calientes, refrescos, café, helados o consumir la propia comida.

Se realiza el recorrido andando a través de senderos señalizados, sorprende gratamente la belleza del bosque, el descubrimiento de una fauna, que hace ya miles de años poblaba los Pirineos, a lo largo de la visita se descubre a los animales en su hábitat, precisa de una participación activa y proporciona un gozo especial, cuando se contemplan sus hábitos y actuaciones en un entorno natural.

La longitud aproximada del recorrido a pie es de cinco kilómetros, el desnivel total de 180 metros. Ciervos, corzos, gamos, renos, cabra montés, sarrios, bisontes europeos, linces boreales, lobos y caballos de Przewalski, son observados y se puede ver cómo se alimentan, descansan, se relacionan, cuidan a sus crías, juegan.

También puede apreciar la flora, aprendiendo a distinguir entre pinares, espinares, hayedos, abedulares, fresnedas, cerecedas, robledales, alamedas, acebos, contemplar sus praderas y el encanto del bosque mixto del Pirineo.

Existen miradores con mesas de interpretación desde las que se contempla la inmensidad de los picos y cordilleras que circundan Lacuniacha.

Lacuniacha abre todo el año, ofreciendo al visitante diferentes actividades según la época, permitiendo disfrutar tanto en verano como en invierno de un paisaje sin igual.

Recomendaciones para la visita:

El recorrido se realiza a través de senderos naturales de montaña, no asfaltados, se recomienda llevar calzado adecuado para la montaña, botas de montaña o calzado deportivo. Las sillas de ruedas no pueden circular por los senderos, en el caso de bebés es recomendable utilizar mochila porta bebé, si no se dispone de ella, se puede alquilar en la recepción del Parque.

El Parque se encuentra situado entre los 1.380 y los 1.580 metros de altitud, y todo el recorrido se realiza al aire libre, es recomendable informarse de la meteorología, y estar prevenido para posibles cambios bruscos de temperatura y precipitaciones (ropa de abrigo, chubasquero, crema solar).

Disfrute de la oportunidad de obtener una experiencia singular, no realice el recorrido apresuradamente, aspire el aire con deleite, deténgase a escuchar el canto de las aves, avance con sigilo para descubrir a los animales antes de que ellos le descubran, observe la belleza del paisaje, de los árboles, de las flores.

PANTICOSA

Sugestivo Valle De Tena Panticosa

Panticosa, o Panticuto en aragonés, ha sido hasta hace unos años uno de esos pequeños pueblecitos del Pirineo tranquilo y pintoresco cuyo nombre había sido predicado a los cuatro vientos gracias a la reputación que había conseguido el balneario. Pero en la actualidad Panticosa crece a un ritmo incesante sin perder por ello ese carácter sosegado y representativo. Su núcleo urbano se expande rápidamente al mismo ritmo que lo hacen los servicios propios de la demanda turística. Todo ello convierte a esta bella localidad tensina en uno de los rincones más recomendables para disfrutar de una segunda vivienda, de unas vacaciones o simplemente de paseos esporádicos.

En el conjunto urbano quedan restos de la arquitectura clásica predominante que data, en su gran mayoría, del siglo XIX. Resulta curiosa esta fecha de grandes caseríos y nobles casonas ya que fue durante la década de 1860 a 1870 cuando el Balneario de Panticosa adquiere su época dorada.

Destaca sobremanera la Iglesia de la Asunción, declarada Monumento Histórico- Artístico, construida en el siglo XVI bajo un evidente carácter gótico tardío. De su interior no hay que perder detalle del retablo mayor, el coro y las vitrinas que exponen libros y tesoros de la parroquia. Otra de las iglesias, la antigua parroquia de San Salvador es hoy la ermita del cementerio y conserva dos monogramas (crisones) medievales en su muro meridional. Además de templos, Panticosa muestra un magnífico puente sobre el río Caldarés que se sitúa bajo el telesilla de la estación de esquí. Fue construido en 1.556 por Beltrán de Betbedé, quien también hizo las bóvedas de la iglesia de Sallent de Gállego.

Pero además de este despliegue arquitectónico, Panticosa posee otros encantos innatos que cobran vida durante todo el año. El entorno que rodea a Panticosa es todo un espectáculo. Comenzando por las numerosas cimas que superan los 3000 metros de altitud, hasta llegar a su veterana estación de esquí, sus alrededores plantean infinidad de alternativas para pasar unos días en plena naturaleza. Y es que su oferta no entiende de temporadas. Por esta razón está permanentemente animada.

Localizar las mejores panorámicas

Muchos rincones del valle ofrecen magníficas vistas que deleitan y seducen al viajero. En gran parte de estos puntos estratégicos se han establecido unos miradores que, mediante paneles informativos, ayudan a conocer los elementos naturales que configuran el valle.

En Sallent de Gállego existen tres miradores de este tipo y ofrecen unas panorámicas espectaculares; son los de «San Mamés», «El salto» y «La Sierra». Pero la lista no termina aquí. Los de «San Salvador» y del «Río Gállego» en Biescas, el de Hoz de Jaca, «El Saldo de Escarra» en Escarrilla, son otros de los miradores del valle de Tena.

En Panticosa se encuentran tres, uno en el propio municipio, el de «Santa María» y dos más en el balneario, «De la Reina» y «Del Pino». Para acceder a estos dos hay que ascender por un pequeño camino que parte de la zona trasera del balneario, justamente detrás del refugio de la Casa de Piedra a tan solo 5 minutos a pie.

Esplendor en el Balneario de Panticosa

Sugestivo Valle De Tena Balneario De Panticosa

Los Baños de Panticosa se convirtieron, a lo largo del siglo XIX, en unos de los mayores y más prestigiosos balnearios configurándose como una villa termal capaz de albergar a más de mil quinientas personas cuya oferta de alojamiento era incluso mayor que la de Santander o San Sebastián.

Hoy sigue manteniendo ese sabor de época, aunque con sus instalaciones renovadas acorde con nuestro tiempo. Después de haber incorporado las últimas técnicas y aparatos termales a sus salas de baños, el balneario ofrece procedimientos curativos que van desde los chorros de presión, hasta las inhalaciones, baños, duchas y bañeras, entre otros y que están indicadas para afecciones renales, digestivas, respiratorias, de obesidad y piel, reumáticas y nerviosas.

Los servicios del balneario incluyen además restaurantes, casino, pista de tenis, piscinas, bares y comercios.

Actividades alrededor del balneario

Uno de los departamentos que posee el Balneario de Panticosa, el de animación cultural y deportiva, asesora y planifica las distintas posibilidades que muestran los alrededores. Además de senderismo, escalada, raffting, buceo o excursiones, se informa sobre otras actividades lúdicas caso de ciclos de música, conciertos y representaciones teatrales. En definitiva, un mundo de sugerencias para disfrutar en plena naturaleza.

La esencia de Tena y su valle

«La cocina es dinámica y se desarrolla en muchas ocasiones mediante impulsos foráneos que suelen llegar precedidos de los productos antes no disponibles y para los que la cocina autóctona no tiene recetas a punto. El Pirineo oscense, debido entre otras cosas a su carácter de reclamo turístico, ha tenido que adaptarse a las nuevas demandas con más o menos tino, a la vez que preservar, también con mayor o menor fortuna, su propia tradición como elemento diferenciador de su oferta de ocio.» Esta afirmación realizada en el año 1995 por el periodista especializado en gastronomía José Manuel Porquet está perfectamente actualizada. Veamos en una breve síntesis si realmente existe y cuál es esa tradición de los valles pirenaicos.

Muchos piensan, como el propio Porquet o Lorenzo Acín, que la cocina de la montaña era la que daba consistencia y era la base del resto de las tradicionales. Y parece ser que, en alguna parte, no sabemos si en toda, tenían razón. Los estudios nos confirman algunas cuestiones. Por ejemplo, que al comienzo de los siglos XI y XII «la dieta de los aragoneses era extraordinariamente limitada: pan, vino y aceite constituían la base de la alimentación. A esto se añadía carne de vacuno, cerdo, cordero y caza, como jabalíes y ciervos, leche y queso, peces de los ríos pirenaicos y algunas hortalizas. Pimienta y sal como condimento, y miel para endulzar. Y eso era todo.» Así lo dice el historiador Manuel Gómez de Valenzuela en su trabajo de 1978 Alimentación, Cocina y Gastronomía en Aragón en los siglos XI y XII.

Avanzando en el tiempo y siempre basándonos en los estudios más contundentes sobre la alimentación en el Alto Aragón, se observa que en lo que a hortalizas se refiere comían ya entonces cebollas, ajos, pimientos, espinacas, guisantes, habas o garbanzos. En cuanto al aceite no fue hasta el siglo XII cuando lo comenzaron a producir en el valle del Aragón. Hasta entonces o se importaba o se cocinaba con grasas animales.

Culinario

El valle de Tena posee un magnífico escaparate gastronómico proporcionado por la enorme cantidad de establecimientos hosteleros que se reparten por toda su delimitación geográfica. Sin demasiada sofisticación, pero con buenos resultados, los restaurantes suman un valor añadido a su cocina: la ambientación y decoración típica de montaña.

Uno de los ofrecimientos que predomina en todos ellos es el menú del día ya que muchos son los que encuentran en esta propuesta su punto fuerte. Como norma general es preferible solicitar este tipo de menús que, a precios muy justificados, descubren una línea de cocina muy similar en todos los restaurantes, pero muy bien resuelta.

En cualquiera de estos lugares no deje de pedir patatas encebolladas, carnes a la brasa, olla tensina (guiso destinado a los fríos meses de invierno) o unas sensacionales sopetas.

Deportes de aventura

Gran parte de los picos que superan los tres mil metros de altitud del Pirineo aragonés, se encuentran en este valle. Y desde el Balneario de Panticosa parten numerosas rutas que llevan a picos como el Garmo Negro, Argualas o los Picos del Infierno. El embalse de La Sarra, al que se accede por carretera desde Sallent de Gállego, es el punto de partida para llegar al Balaitous, uno de los más frecuentados por su belleza y dificultad al mismo tiempo. Y para pernoctar, su cercano refugio de Respumoso, junto al ibón del mismo nombre, o la Casa de Piedra en el Balneario de Panticosa, son las dos ofertas más completas.

En las aguas de sus ríos, principalmente el Gállego, se pueden practicar deportes como raffting o descenso de barrancos, aunque otra alternativa menos atrevida es navegar por el embalse de Búbal en pequeñas embarcaciones de vela. Pasear a caballo por La Partacua, descender en bicicleta de montaña por las pistas de esquí de Panticosa o iniciarse a la escalada en el rocódromo de Sallent son otras propuestas que esconde el valle.

Para los más pequeños

Sugestivo Valle De Tena Panticosa Ibon Sabocos

La estación de esquí de Panticosa Los Lagos se convierte durante los meses de verano en uno de los espacios más recomendados para los más pequeños de la casa. Permanece abierta en la época estival para ofrecer distintas alternativas y disfrutar de una jornada en uno de los paisajes más llamativos del valle. El visitante puede tomar la telecabina hasta la cota 1900 y acercarse hasta los ibones de Asnos y Sabocos.

Una trepidante aventura con los niños se encuentra en las numerosas rutas que recorren el valle. Éstas van descubriendo la flora y fauna más espectacular . Con un poco de suerte pueden verse sarrios, corzos, ardillas y otras especies. Las que parten desde el Balneario de Panticosa hacia los ibones de Bachimaña o Bramatuero, y las que bordean el Arco de Piedrafita resultan muy recomendable para iniciar a los niños en la naturaleza. Una última recomendación: no olvide llevar la cámara fotográfica.

De fiestas, romerías y mercadillos

Julio y agosto son los meses en los que prácticamente todos los pueblos del Valle de Tena celebran sus fiestas más animadas.

El calendario festivo comienza el 11 de junio en Biescas donde la romería que parte de esta localidad llega hasta la Ermita de Santa Elena. Allí confluyen los habitantes de muchos de los pueblos de Tena y el Serrablo. Otra de las fiestas más atractivas es la que se celebra en Sabiñánigo a partir del 25 de julio y que suele concentrar a un numeroso público.

La primera quincena de julio, concretamente los días 6 y 7, Panticosa vuelve la vista atrás para celebrar el mercado medieval. Espectáculos, artesanía y alimentación en un ambiente de bufones y juglares. Muy recomendable.

Ya de lleno en agosto Sallent de Gállego es la primera que celebra sus fiestas en honor a La Virgen de Las Nieves el día 5. Y justo el día que concluyen estas, dan comienzo las de Formigal. Hoz de Jaca, en Honor a San Lorenzo, inicia sus fiestas el día 10 del mismo mes.

Pero es en torno al día 15 cuando numerosas localidades dan comienzo sus celebraciones más especiales. Éste es el caso de Panticosa, Piedrafita y Biescas. Cinco días más tardes, se celebran las de Lanuza dedicadas a San Joaquín, el día 24 la localidad de Gavín se viste de gala y posteriormente Sandiniés, día 25, y el Pueyo de Jaca que inicia las suyas a partir del 27 de agosto.