Aragón y Rueda
Rueda, un lugar inolvidable junto al Ebro
En la localidad de Sástago, a orillas del río Ebro, se levanta el soberbio conjunto monumental del monasterio de Rueda, uno de los máximos exponentes de la orden cisterciense en Aragón. Quedarás deslumbrado por la austeridad de su iglesia, su claustro gótico, su esbelta torre mudéjar y la gran noria hidráulica de 18 metros de diámetro que da nombre al monasterio.
Un poco de historia
La fecha de inicio de las obras del monasterio de Rueda se sitúa en el año 1202, sin embargo, es necesario retroceder en el tiempo para encontrar los orígenes de la propia orden. La Orden del Císter nace fruto de un movimiento de renovación monástica acaecido en el s. XI que conllevará una fuerte repercusión religiosa y artística, buscando revitalizar el espíritu de la regla de San Benito, el trabajo y la oración, Ora et Labora.
El Monasterio de Rueda es la culminación de un periplo iniciado en 1152, cuando se funda la abadía de Nuestra Señora de Saltz por monjes venidos de Gimont. Una década después se fundará la abadía de Juncería instaurándose Rueda como una granja satélite del mismo.
Alfonso II cede a los monjes cistercienses la villa y el castillo de Escatrón en 1182. En 1238 ya se consagra la iglesia, pero no es hasta finales del s. XIV o inicios del XV cuando se concluye la fábrica medieval del monasterio, rematando las fases finales del templo y una serie de dependencias particulares de los conjuntos del Císter: zona de conversos, estancias agrícolas y artesanales, palacio abacial… Dichos espacios sufrirán una honda reconversión en los siglos sucesivos (XVI-XVIII) para culminar con la actual disposición en torno a la espectacular Plaza de San Pedro, destacando por su calidad e impronta visual la galería herreriana que une el palacio abacial con la obra medieval. Una de las características esenciales del conjunto monástico lo constituye la red hidráulica, implementada posiblemente ya desde los inicios. Situado a orillas del río Ebro, el azud y la gigantesca noria permitían traer agua al monasterio, la cual se repartía mediante canales por toda la trama arquitectónica, clave para las funciones de irrigación agrícola, así como para la cotidiana vitae de los propios monjes.
Con la Desamortización de Mendizábal en 1836 se inicia el fin religioso del conjunto, siendo relegado a un inmueble con funciones agrícolas y ganaderas. Finalmente, en 1998 la titularidad del mismo se traspasa a la Diputación General de Aragón.
Visitas guiadas
Puedes conocer el monasterio mediante las visitas guiadas gestionadas por Turismo de Aragón, un recorrido que te guiará por todas las estancias del cenobio en un sobrecogedor y sorprendente paseo por la historia. Se propone un recorrido por el claustro para disfrutar de los capiteles, la sala capitular, el sobreclaustro y la torre mudéjar, el pozo y el aljibe que recogía el agua de la lluvia. Te adentrarás en la vida monacal a través de los dormitorios, los calabozos, el scriptorium, el refectorio y la cilla.
CONTACTO RESERVAS (lunes a viernes 9 a 15): 974 35 51 19 / visitasrueda@aragon.es.
Cómo llegar
La principal vía de acceso al Monasterio desde Zaragoza es la N-232 con dirección a Castellón. Paralelos al curso del río Ebro, atravesamos Fuentes de Ebro y llegamos hasta Quinto, donde se toma la carretera A-221 que pasa por La Zaida y conduce finalmente hasta Sástago. En el término municipal pero fuera del casco urbano se alza el monasterio. En total, setenta y cuatro kilómetros que perfectamente pueden hacerse en una hora de trayecto.
Otra ruta alternativa puede hacerse por la autopista A-2 en dirección a Barcelona, tomando la salida de Bujaraloz para, posteriormente, tomar la A-2015 que desemboca en Sástago.
En el entorno
De la riqueza y atractivo de estas tierras ya se dieron cuenta los romanos, que construyeron aquí la primera ciudad del valle del Ebro: la Colonia Celsa. En Velilla de Ebro puedes pasear entre los vestigios de esta antigua ciudad romana. No muy lejos, en Azaila, encontrarás otro de los yacimientos más relevantes de Aragón, la ciudad íbera del Cabezo de Alcalá. Recorrer sus calles empedradas y visitar el centro de interpretación te permitirá conocer a la historia de los pueblos prerromanos y el fenómeno de la romanización en Hispania.
Si eres aficionado al senderismo, disfrutarás recorriendo el Camino Natural del Ebro (GR 99), un sendero de gran recorrido que discurre por la ribera del Ebro entre sotos, meandros y la típica vegetación ribereña.