La Hoya de Huesca

La comarca de La Hoya de Huesca sorprende a cualquiera por los infinitos planteamientos turísticos que tiene. Ofrece recursos para todos los gustos que se agrupan en un radio que no sobrepasa los treinta minutos en coche.

sensaciones para todos los gustos

Perderse por el castillo de Loarre, contemplar los Mallos de Riglos, jugar al golf en Arascués- Nueno, sobrevolar en avioneta el cielo desde Monflorite, calmarse con las aguas de Arguis o adentrarse en rafting por el abrupto curso del Gállego, sensaciones para todos los gustos que coexisten en esta tierra.

En el casco urbano de la capital oscense cualquiera puede dejarse seducir por la cocina de mesa y mantel, o por las mini-propuestas de barra, para seguir ruta entre parques, iglesias, callejuelas y avenidas. Sin lugar a dudas, a un paso de Zaragoza, las puertas se abren para recibir con los brazos abiertos al aventurero. Y como mejor carta de presentación nada mejor que atravesarla para sacarle el máximo provecho a todo cuanto pasa por nuestros ojos.

Para no perder de vista

  • Basílica de San Lorenzo: Templo dedicado al santo oscense en el que destacan la fachada y la torre central, el atrio, el retablo mayor o las pinturas de la bóveda de la sacristía. Se guarda el busto de Sal Lorenzo que cada 10 de agosto es transportado a la catedral por los danzantes.
  • San Pedro el Viejo: En el interior de esa iglesia construida en el XII se guardan los sepulcros del rey Ramiro II el Monje y del rey Alfonso El Batallador, en la capilla dedicada a San Bartolomé.
  • Convento de las Miguelas: Edificio de principios del XII de cuyo campanario se aprecia una de las panorámicas más deslumbrantes de la ciudad. Pertenece a las Carmelitas desde 1623.
  • Iglesia de Santo Domingo: Perteneciente al antiguo convento de los Dominicos, muestra el más fiel estilo barroco en su interior. Destaca igualmente la fachada exterior.
Hoya De Huesca Loarre J Romeo

RUTAS POR LA HOYA DE HUESCA

Algunos de los epicentros turísticos de Huesca se encuentran en esta comarca que goza de un bagaje histórico y cultural envidiable. Y uno de los motivos que favorecen el creciente turismo de este rincón alto aragonés es la proximidad geográfica y la accesibilidad que esto beneficia para recorrer los principales destinos que alberga. En un radio de treinta minutos en coche podemos revisar la amplia nómina de lugares que visten y enaltecen la Hoya de Huesca.

Ascender hacia la montaña (89 kms)

Tomando la brújula en sentido Norte pronto llegaremos hasta Arguis. Allí las aguas de su embalse forman un remanso de quietud que pronto se dispersa cuando seguimos camino hacia el pequeño municipio de Belsué. Desde este punto, y atravesando la aldea despoblada de Santa María de Belsué, y la también deshabitada Lusera, llegaremos hasta Nocito, pueblecito que da nombre al mismo valle y que reúne unas impresionantes panorámicas. A partir de ahí, a pie, el viajero podrá perderse por los rincones más recónditos de esta parte alta de la comarca.

Sensaciones junto a Loarre (62 kms)

Lo que antaño fuese tierra limítrofe entre el reino cristiano y el árabe esconde algunas de las manifestaciones artísticas más sugerentes de esta comarca. Con dirección a Ayerbe y tomando el desvío en Esquedas, nada más cruzar Bolea, la vista pronto se fija en el castillo de Loarre, uno de los mejores conservados de todo la geografía española. Sin duda, representa un pretexto apropiado para recorrer algunas de sus dependencias como son la torre del Homenaje, la torre de la Reina y la capilla de Santa María de Valverde, entre otros.

Tampoco obviaremos los restos de la fortaleza que hubo en Bolea de los que queda la torre y el campanario de la Colegiata de Santa María.

Rumbo al Somontano (65 kms)

Con dirección al Somontano oscense, la Hoya va descubriendo pequeñas localidades que esconden importantes muestras arquitectónicas como los restos del castillo del Conde Aranda y la fuente del lavadero, ambos en Siétamo, la iglesia parroquial de Angüés, el casco urbano medieval de Casbas de Huesca donde destaca, además, el monasterio cisterciense de Nuestra Señora de la Gloria. Sieso y su iglesia parroquial, la plaza central de Ibieca, o la iglesia románica de Santa María del Monte en Liesa, son algunos de los lugares más destacados de esta parte. Además, este trayecto se endulza por productos alimenticios como los panes y dulces de Siétamo y Angüés, o los quesos de Sieso.

Ayerbe y Riglos (106 kms)

Una de las rutas más frecuentadas por turistas aventureros que se adentran por tierras oscenses con la sabia intención de extraer todo el extracto de sus encantos se centra en estos dos puntos. En primer lugar, Ayerbe, villa ubicada sobre una colina en la que se asientan los restos del castillo árabe de Los Muros. Destaca de su entramado de calles la iglesia parroquial, la torre románica de San Pedro, el Palacio de los Marqueses de Urriés o la casa en la que vivió Santiago Ramón y Cajal.

Continuando rumbo llegaremos hasta Riglos donde los imponentes muros de piedra dejan en sombra al río Gállego y a toda la localidad. Destaca el impresionante paisaje natural salpicado en muchas ocasiones por un buen número de aves rapaces.

Hoyahuesca Mallos Riglos Atardecer Foto Esteban Aniua 0

La Vía Lata (56 kms)

Esta vía transcurría hacia el «sumo puerto» (Somport) atravesando el eje central de la Hoya de Huesca en lo que ha supuesto un trayecto histórico desde la época romana. Allí, los campos de cereal y las aves esteparias dibujan un paisaje por el que se llega a Gurrea de Gállego, con la manifestación románica de la iglesia de San Nicolás de Bari o con el asentamiento ibérico de Gazaperas. Desde ahí podemos tomar rumbo a Almudévar para contemplar los vestigios del castillo, la fuente de los tres caños, la iglesia parroquial y la ermita de la Virgen de la Corona, o bien aproximarnos hasta Alcalá de Gurrea desde donde se puede apreciar una rica fauna y un interesante casco urbano. El embalse de la Sotonera queda muy cercano.

Hoya De Huesca San Nicolas De Bari

EL DEPORTE

El turismo de esta parte oscense no sólo atiende a cuestiones culturales o históricas, sino que se amplía hacia otras direcciones como puedan ser los deportes de aventura, prácticas más moderadas como el golf y, por supuesto, gastronomía.

La ferviente atracción por esta disciplina deportiva ha hecho que se abran numerosos campos en nuestra comunidad. Y uno de estos ejemplos se encuentra en el Golf de Guara.

Inaugurado en 1996, el circuito goza de un privilegiado enclave natural al que se puede acceder desde Huesca a escasos kilómetros. Cuenta con una superficie en la que aparecen los 18 hoyos que atraen a un buen número de devotos de este deporte. Y, como no, completa su infraestructura con servicios de alquiler de material (palos, carros manuales y coches), así como zona de prácticas, servicio de profesores que facilitan el aprendizaje, bar y restaurante para reponer fuerzas.

Sin duda, una perfecta alternativa muy en boga que sigue siendo sinónimo de ocio y naturaleza.