Gúdar-Javalambre

Bajo la arbitrariedad que marca el territorio escarpado, Gúdar-Javalambre dibuja su silueta, irregular y cautivante, para convertirse en una de las zonas más apuestas de la geografía turolense. Altas cumbres que sobrepasan ligeramente los dos mil metros, ríos que cobran vida y serpentean a sus anchas por campos y praderas, pueblos repletos de historia, lugares con encanto… un repertorio de sensaciones para proporcionar los más diversos placeres.

Teruel

Mientras unos se debaten sobre la existencia o no de Teruel, otros aprovechan todas las excelencias que brindan muchas de sus comarcas para recorrer los lugares más sorprendentes de estas zonas. Acción antes que inmovilidad para demostrar que Teruel no solo existe, sino que además despliega un enorme patrimonio como para emprender viajes encantadores. Uno de estos rincones, limítrofe con Castellón y Valencia, es Gúdar-Javalambre.

La temporada de esquí pasa inevitablemente por las dos estaciones turolenses, Valdelinares y Javalambre, que suponen un tremendo exponente turístico sustentando además por el patrimonio natural, cultural y gastronómico de las localidades integrantes de la comarca.

Paso a paso, pueblo a pueblo

Gudar Javalambre CABRA DE MORA

Gran parte de los municipios que integran la comarca de Gúdar-Javalambre conservan el tipismo urbano debido a sus trazados medievales, a los vestigios góticos y a las muestras renacentistas y neoclásicas que las convierten en museos inmóviles. Y entre historia, castillos, murallas y casonas, el entorno natural baña de colorido todos y cada uno de sus rincones.

Situadas en el extremo suroriental de la Cordillera Ibérica y articuladas por el río Mijares, las serranías de Gúdar-Javalambre están viviendo un importante crecimiento turístico motivado tanto por los vestigios históricos de sus localidades, como por la riqueza paisajística de sus inmediaciones.

Del municipio de Albentosa, por ejemplo, destacan los impresionantes alrededores del río del mismo nombre, y de su vecina población de Manzanera llama la atención la iglesia del Salvador, los restos del castillo medieval o su entorno más cercado donde merece especialmente la pena la Fuente del Gavilán, el río Paraíso y el barranco de Las Fuentes.

También en la parte de Javalambre, otra de las paradas necesarias recae en Camarena de la Sierra, un pequeño pueblo en el que además de contemplar la iglesia y la ermita de San Pablo, se pueden practicar deportes de aventura durante todo el año.

En el casco histórico de La Puebla de Valverde, el entremedio de las sierras, sobresale la iglesia de Santa Emerenciana, la ermita de Ntra. Sra. de Loreto y las casas de los Iguales y de los Pilones. Y una vez adentrados en Gúdar, además de Mora de Rubielos y Rubielos de Mora, nos iremos adentrando hasta los puntos más recónditos para contemplar la historia de Alcalá de la Selva, los yacimientos arqueológicos de sus inmediaciones o deleitarnos en el Cañón del río Alcalá. En Valdelinares, el pueblo más alto de nuestra comunidad, la iglesia de Ntra. Sra. de las Nieves, la ermita de la Virgen de Loreto o el ayuntamiento viejo, serán referentes a la hora de caminar por sus calles.

Si para acceder a Valdelinares hemos tomado la carretera que pasa por Alcalá de la Selva, el retorno podremos hacerlo por la vía que pasa por Linares de Mora y de ahí a Nogueruelas y Rubielos de Mora.

En cualquier caso, las rutas por esta comarca serán susceptibles de modificar el trazado ya que cualquier aliciente es bueno para desviarse hacia lugares menos frecuentados, pero igualmente sugerentes.

Gudar Javalambre TORRIJAS

como llegar

La principal vía de acceso, partiendo desde Teruel, es la N- 234 hasta llegar a La Puebla de Valverde. Este punto podría tomarse como lugar equidistante entre las dos sierras y, por tanto, cruce de caminos para ir bien a Javalambre, a la derecha, o a Valdelinares, a la izquierda. Si tomamos la carretera A-228 atravesaremos toda la Sierra de Gúdar y, para acceder directamente a la sierra de Javalambre es preferible tomar el desvío directo que parte de La Puebla de Valverde. A pesar de que la inmensa mayoría de las vías transcurren por zonas zigzagueantes de media montaña, resultan cómodas y recorren paisajes tremendamente atractivos.

Gudar Javalambre La Escaleruela

Patrimonio natural

Los valles y las sierras que se van escalonando a lo largo y ancho de todo este territorio ofrecen magníficos paisajes y hermosos rincones que atraviesan todos y cada uno de los pueblos de la comarca.

En Gúdar se puede disfrutar de la naturaleza más pura y descansar junto a manantiales, bosques de pinos, ríos y praderas. En Javalambre, por su parte, este mismo entorno natural, prácticamente virgen, puede servir como aliciente para completar un recorrido inolvidable.

Algunos de los lugares de visita obligada son los picos de Javalambre y la Peñarroya, con altitudes que sobrepasan ligeramente los 2.000 metros, las planicies del río Mijares, el pinar de Castelvispal o los sabinares de Los Olmos, entre otros. No obstante, basta únicamente un pequeño rincón de cuantos surgen por carreteras y pistas para hacer un alto en el camino y disfrutar de una inmejorable panorámica.

Turismo histórico en Mora de Rubielos

El casco antiguo de la capital legendaria de Gúdar, declarado conjunto histórico- artístico, sigue siendo el punto de mira de turistas y viajeros. El castillo, ejerciendo de anfitrión dominante, murallas, pórticos y palacios hacen de Mora de Rubielos un lugar inevitable en cualquier cuaderno de bitácora. Transitar por la historia es posible.

La parte histórica de Mora de Rubielos supone un encuentro con tiempos pasados que podemos recorrer a través del compendio de calles y plazas que dan vida a esta hermosa localidad. De las murallas que protegían la villa todavía quedan restos intercalados entre las tres puertas de acceso: el Portal de la Plaza, el de Los Olmos y el de las Monjas. Y a partir de ahí, solo queda levantar la vista y encontrarse con el castillo.

Orientado hacia el noreste, se alza en un terreno desigual del que parten las torres sostenidas por la estructura de todo el conjunto. De éste sobresale el patio interior descubierto y las distintas salas contiguas formando un espectacular claustro. Sin duda, el castillo de los Fernández Heredia representa uno de los estandartes turísticos de Mora.

Otro de los vestigios históricos que atestiguan el pasado de esta villa alberga hoy el ayuntamiento cuya fachada es de sillería y corresponde a la primera mitad del siglo XVII. Del piso bajo cabe resaltar la arquería que resulta muy similar a la de otros pueblos turolenses como son Formiche Alto y Cella.

Y la iglesia de Santa María compone lo que podríamos considerar como el tercer punto del tridente turístico de Mora de Rubielos que, además sustenta el distintivo de monumento nacional desde 1944. Los sólidos contrafuertes que refuerzan la estructura proporcionan un aspecto firme. Pero la suavidad llega una vez en el interior. El estilo gótico levantino baña todos los rincones del espacioso templo en donde capillas, ábsides, pasillos y retablos se encargan de seducir a quien atraviesa sus puertas.

Vivir en la historia

El laberinto que forman las calles ubicadas en el centro histórico de Mora está salpicado por un magnífico conjunto de viviendas que aleatoriamente fueron dando forma a uno de los conjuntos más sorprendentes de todo Gúdar-Javalambre. Se alternan las que muestran fachadas románicas, góticas o con algún guiño renacentista, pero siempre con una magnífica piedra perfectamente conservada. Algunas de estas casas son la de Pilón, la de Marín, «la casa del curato» o la casa Cortel de la Fuen del Olmo.

Rubielos de Mora y sus encantos

El interés de ésta localidad no se limita únicamente al casco urbano en el que sobrevienen un buen número de vestigios históricos. Su variedad paisajística, costumbres, festivales y gastronomía refuerzan el potencial turístico de esta privilegiada villa.

Gudar Javalambre Castillo De Mora De Rubielos

La ex colegiata de Santa María la Mayor

Construcción barroca de mampostería y cantería de planta rectangular con una única nave en las que se alternan distintas capillas laterales. Lienzos, retablos y rejerías sirven como ornamentación de estos pequeños rincones. De esta iglesia, que comenzó a construirse a principios del siglo XVII, llama especialmente la atención el exterior en el que se exhibe el pórtico principal y la majestuosa torre campanario que vigila desde su punto más alto todo el casco urbano de Rubielos. Un lugar que sin duda transmite la sensación evocadora al igual que el resto de edificios y construcciones históricas.

Los lugares inevitables en una visita a Rubielos quedan circunscritos entre el portal de San Antonio y el del Carmen, dos torres-puertas que marcan el principio y el fin de un itinerario mágico que recorre los atractivos históricos más destacados.

Tomando como punto de partida el primer torreón, atravesándolo y a la derecha, encontramos la casa de F. Igual, un edificio donde destaca la impresionante obra de carpintería. Desde ahí, la calle desemboca directamente en la plaza Hispano América, el lugar que acoge la Casa Consistorial y la fuente de la negrita.

En la misma plaza también encontramos la casa de los Marqueses de Villasegura, un hermoso edificio de mitad del siglo XVII, y el palacio de los Condes de Creixell con uno de los patios más bellos de toda la villa.

Desde la plaza lo mejor es desviarse hasta las Cuatro Esquinas, la confluencia de las calles Josefa Villanueva, Barberanes y San Antonio. En este punto sobresale el palacio de los Condes de Florida con su fachada de sillería y la galería de arcos de la parte superior. Muy próximo a este palacete se encuentra también el del Marqués de Tosos, en la plaza del mismo nombre, desde donde se toma salida hasta llegar a la calle Joaquín Arnau y, a partir de ahí, llegar a la plaza de los Toros donde se alza la denominada casa de los Leones, convertida hoy en hotel, y la casa Vivó- Roca.

Otros de los puntos importantes del casco histórico son la casa Lloret, un interesante ejemplo neogótico, y el antiguo convento de los Carmelitas Calzados. Después de visitar el convento en el que destaca el claustro y la torre campanario, llegamos hasta el portal del Carmen, el punto y final de nuestra visita por Rubielos de Mora.

Pero una completa ruta no dejará de lado otras muchas casas señoriales y construcciones religiosas. Su descubrimiento depende de la captación que haya ejercido el encanto de la ciudad en el viajero.

Balneario

Si se trata de entender el turismo de una manera más saludable y relajante, la sierra de Javalambre esconde un magnífico balneario en el que las virtudes del agua se encargan de reconfortar y silenciar unas vacaciones imborrables.

El balneario «El Paraíso», construido en 1930 y perdido entre una maravillosa arboleda en el término municipal de Manzanera, posee 132 plazas rodeadas de naturaleza y tranquilidad. Vaporarium, chorro a presión, baños de hidromasaje, parafangos y masajes, son algunas de las propuestas termales y estéticas que ofrecen sus tratamientos.

Turismo rural

Gudar Javalambre Alcaniz

La fórmula del turismo rural, contrastada como una de las de mayor auge, suele desarrollarse en escenarios naturales tan atractivos como los que albergan las sierras de Gúdar y Javalambre.

Buena parte del turismo rural se encuentra ubicado en el centro urbano de localidades como Albentosa, Alcalá de la Selva, Camarena de la Sierra, Linares de Mora, Mosqueruela, Formiche Alto, La Puebla de Valverde, Manzanera, Nogueruelas, Puertomingalvo, Mora de Rubielos, Rubielos de Mora, Torrijas y Valbona, entre otros.

Además de turismo rural, Gúdar-Javalambre también contempla en su oferta albergues, refugios y campings. Sin duda una excelente alternativa para conocer de cerca, y a precios razonables, todos los atractivos de este recóndito territorio.

Gudar Javalambre Rubielos De Mora

Fiestas y festivales

La época estival centra la inmensa mayoría del calendario festivo de prácticamente todos los municipios que componen la comarca de Gúdar-Javalambre con una serie de costumbres y tradiciones que atraen a un buen número de público procedente tanto de la provincia turolense como de otras zonas limítrofes.

Una de las citas más relevantes de la agenda cultural es el Festival de Verano Puerta al Mediterráneo. Se desarrolla durante buena parte del mes de agosto y por él desfilan destacados grupos y colectivos del mundo de la música, el teatro y el folclore.

Pero sin duda la tradición más arraigada es el toro de fuego. Una costumbre que en Mora de Rubielos ha conseguido destacar por encima de otras y que se ha exportado a otras localidades de las sierras.

Y durante los meses de julio y agosto las fiestas patronales de muchos de estos pueblos inundan de luz y color las calles que albergan además actos paralelos como ferias medievales, actividades deportivas y un buen número de actos culturales.

Senderos y paseos

Gudar Javalambre OLBA 001F

En estas dos serranías turolenses existen un inmenso número de senderos y caminos acondicionados que atraviesan los más de 2300 kilómetros cuadrados de superficie que va desde el punto más alto de Javalambre, hasta el macizo de Gúdar.

Solamente en esta segunda sierra hay algo más de 500 kilómetros de senderos perfectamente delimitados y señalizados que recorren la naturaleza de valles y bosques apreciando la geología del terreno, la fauna y la vegetación que encierran estos enclaves.

Una de las rutas más solicitadas es la que parte de El Castellar y que llega hasta Alcalá de la Selva haciendo escala en el nacimiento del río Mijares. En algo más de tres horas y media, recorreremos unos de los lugares más hermosos de Gúdar. Una vez en Alcalá de la Selva, tomaremos dirección hasta Valdelinares en una ruta de una jornada completa que continuará al día siguiente hacia Virgen de la Selva. En total, trece horas de recorrido que puede desdoblarse en dos etapas. Resulta cómodo y tremendamente recomendable.

Y en Javalambre también concurren distintos caminos que, además de a pie, también son viables en bicicleta de montaña o a caballo.

En definitiva, uno de los territorios más propensos para la práctica del senderismo adecuado a distintos niveles y dificultad. Merece la pena descubrirlo.