Aragón = nieve

Más de 400 kilómetros de pistas repartidos en seis estaciones hacen de nuestra comunidad uno de los principales dominios esquiables del país. Bien sea en las pendientes de la cordillera pirenaica o en la sierra turolense de Gúdar-Javalambre, las balizas marcan el rumbo a seguir, vertiginoso en ocasiones y moderado en otras. Nieve, deporte y ocio se unen durante estos meses para proporcionar los placeres más diversos e intensos.

Las primeras nieves

Las cifras hablan por sí solas: Aragón pasa por ser uno de los destinos invernales turísticos por excelencia. Las primeras nieves traen consigo un incesante reguero de amantes del esquí, la montaña y cualquier otra actividad que se desarrolla teniendo como referente un interminable manto blanco que baña cumbres, llanos y laderas.

Astún y Candanchú en el valle del Aragón, Formigal-Panticosa en el de Tena, Cerler en Benasque y las estaciones turolenses de Valdelinares y Javalambre, centran la atención del cada vez más numeroso público, desde los más pequeños, hasta los que piensan que «nunca es tarde para empezar».

Pero además de esquí, la nieve ofrece otras muchas alternativas: pasear en trineos tirados por perros, descubrir remotos rincones en motos de nieve y caminar con raquetas son sólo algunas de las opciones que plantea el invierno aragonés. Y para rematar una estancia maravillosa, las principales zonas tanto oscenses, como turolenses, despliegan una completa infraestructura apta para todos los públicos y bolsillos.

Mil sensaciones bajo cero

Aragon Nieve

El esquí sigue siendo el rey indiscutible de la nieve, aunque poco a poco le va siguiendo una comitiva en la que no faltan otras disciplinas tanto deportivas como de recreo. Y es que hay tantas opciones como requerimientos por lo que completar o sustituir la jornada de esquí con un sinfín de alternativas es una cuestión fácilmente solventable.

Los franceses lo bautizaron como «après-ski», un término que define lo que queda por hacer después de esquiar, y tanto la nomenclatura, como el significado se ha exportado por todos los rincones invernales del mundo.

Hay otras muchas alternativas para concluir una jornada de alpino, o bien dejar de lado los descensos para sacarle el máximo rendimiento al día con otros quehaceres. La cordillera pirenaica a su paso por Huesca, uno de los epicentros blancos nacionales, favorece prácticamente todas las opciones posibles. Esquí nocturno, paseos con raquetas, fondo, travesía, trineos, patinaje, motos de nieve, rutas en todo terreno, bicicletas de nieve… mil experiencias para conceder otras tantas sensaciones.

Si el invierno trae consigo éstas y otras virtudes sólo queda disfrutar de lo que la nieve pone a disposición de quien se aproxima a sus pies.

La Cuniacha... en raquetas de nieve

Junto al pequeño pueblecito de Piedrafita de Jaca, en el Valle de Tena, este parque faunístico no sólo centra su actividad durante los meses estivales, sino que también puede recorrerse en la temporada de invierno. Y nada mejor para ello que hacerlo con raquetas de nieve por los senderos que dan vida a este bosque animado. A una altura que transcurre entre 1300 y 1500 metros, las más encantadoras especies animales esperarán a ser contempladas en su hábitat natural. Sarrios, bisontes, lobos, linces y caballos son, entre otros, algunos de estos anfitriones que pasean entre abedules, hayas, acebos y robles.

Durante dos o tres horas, dependiendo del ritmo, el aventurero se sumerge en un entorno totalmente salvaje, virgen, para experimentar una de las sensaciones más entrañables de todo el Valle de Tena.

Paseos en trineos

Como si de una aventura esquimal se tratase, los trineos se convierten en el Pirineo en un medio de emociones sobrecogedoras. Perros nórdicos como guías y expertos profesionales para garantizar el paseo es lo único que hace falta para conocer terrenos salvajes.

En el Valle de Tena pueden hacerse recorridos de aproximadamente una hora para aprender a manejar el trineo e incluso hacer un combinado entre trineo y raquetas de nieve. Sin lugar a dudas, una intensa forma de sentir el invierno pirenaico.

Cambiar los esquís por patines

La pista de hielo de Jaca se convierte un año más en punto de atención proporcionando sensaciones divertidas para toda la familia. Se consolida como uno de los lugares más frecuentados después de una jornada de esquí.

Otras opciones

Ocio y diversión también influyen en otras alternativas igualmente placenteras. Recorrer un rincón mágico en motos de nieve, sobrevolar las cumbres más altas del Pirineo en avioneta, bucear bajo un lago helado, disfrutar por supuesto de una afable gastronomía o de un hotel con encanto, y centrarse en aspectos culturales, son algunos de los planteamientos que proponen los entornos invernales en Aragón. Por todo ello solamente queda poner manos a la obra y decidir cuál es la más conveniente.

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Apuntes

Las estaciones de esquí aragonesas se centralizan en cuatro puntos distintos, valles y comarcas que durante los meses invernales se convierten en punto de referencia para, no sólo los amantes del deporte blanco, sino para cualquier viajero motivado e inquieto.

Valle del Aragón

Este valle pirenaico toma Jaca como principal epicentro turístico. Ofrece miles de atractivos que van desde expresiones artísticas tan impresionantes como San Juan de la Peña o la estación de Canfranc, hasta formaciones geológicas caso de la apasionante Cueva de las Güixas, o poblaciones como Villanúa, Castiello y Jaca, entre otras. Una completa infraestructura turística solventa cualquier exigencia que se le plantee al viajero. Más información en www.valledelaragon.com.

Valle de Tena

Entre cumbres, laderas, ibones, riachuelos y pequeños pueblecitos, la Bal de Tena continúa siendo uno de los valles más frecuentados de toda la cordillera pirenaica. Panticosa, Sallent de Gállego y El Pueyo de Jaca son sólo algunos de los lugares que nunca habrá que pasar por alto en un viaje por este mágico lugar. Gastronomía, deporte, aventura, cultura y arquitectura son las bases del rico patrimonio tensino que, seguro, a nadie deja indiferente. Un mundo de sensaciones en este valle central que vive activo durante los trescientos sesenta y cinco días del año. Consulte www.valledetena.com para conocer todo lo referente a este imponente paisaje.

Benasque

El Valle de Benasque, ubicado en el corazón de la Ribagorza, representa uno de los preferidos por montañeros y excursionistas ya que en él se encuentra el pico Aneto, la cima más alta de toda la cordillera pirenaica, el circo de la Maladeta o el Posets, entre otros. Senderismo, escalada, parapente y otros deportes de aventura atraen a un buen número de público durante todo el año. En el casco urbano de Benasque, su capital, hay que hacer una parada obligada en lugares como la iglesia del S. XIII, el Palacio de los Condes de Ribagorza, la Plaza Mayor o el Torreón de Casa Juste.

Gúdar-Javalambre

La nieve de Teruel se centraliza en la comarca de Gúdar-Javalambre con un amplio listado de recursos turísticos. Bucear en la historia de Mora de Rubielos y Rubielos de Mora mediante palacios y plazas, descubrir una sabrosa cocina tradicional, pasear por itinerarios de ensueño y, como no, disfrutar de los placeres que proporciona la nieve son algunas disyuntivas que ofrece esta comarca turolense. En www.javalambre.com y www.sierradegudar.com encontrará un amplio directorio de todo lo referente a esta zona llena de contrastes paisajísticos y sabrosos provechos culinarios. No pierda detalles de las fiestas y festivales, balnearios, y turismo rural que se esparcen y desarrollan en Gúdar-Javalambre. Merecen mucho la pena.

OTRO ESQUÍ

Además del alpino existen otras disciplinas como el esquí de fondo, el de travesía también denominado de montaña, el telemark o el surf de nieve conocido como snowboard. Descubra en qué consiste cada uno de ellos.
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Esquí de fondo

El nórdico es una modalidad sencilla y accesible consistente en recorrer sobre tablas de esquí unos circuitos establecidos, generalmente llanos, con ligeras subidas y bajadas. No difiere mucho del alpino en cuanto a equipo se refiere, pero las principales diferencias son los esquís, más estrechos y con la punta más puntiaguda, las fijaciones, ajustadas por la parte delantera, y las botas, bajas y flexibles. Se puede practicar en cualquiera de los Espacios Nórdicos de Aragón: Fanlo – Valle de Vió (Fanlo), Linza (Ansó), Lizara (Aragüés del Puerto), Oza – Gabardito (Echo), Pineta (Bielsa), LLanos del Hospital (Benasque), Balneario de Panticosa (Panticosa) y La Muela de San Juan (Sierra de Albarracín)

www.espaciosnordicosdearagon.es

Esquí de travesía

Se trata de la modalidad que aúna alpinismo y esquí cuyas tablas se conciben como una herramienta para alcanzar la cima y descender libremente por el trazado improvisado de cada montañero. Permite avanzar sobre la nieve profunda sin hundirse. Para ello las tablas poseen en la superficie pieles de foca que se adhieren a la nieve lo cual posibilita un avance progresivo por la pendiente. Una vez en la cumbre se desprenden estos materiales para realizar un descenso muy similar al alpino.

Telemark

De esta disciplina nació el esquí alpino que conocemos hoy. Las fijaciones de las tablas dejan libre el talón combinando así la forma del de travesía y el método nórdico. A la hora de iniciarse las primeras nociones son las de aprender a girar en cuña y familiarizarse con la sujeción ya que las fijaciones sólo adhieren la parte delantera de la bota. A partir de ahí se adopta una posición de media flexión para centrar el peso y conseguir así la mayor estabilidad posible. Sin duda, resulta una forma peculiar más parecida a una danza con movimientos perfectos.

Snowboard

La última forma de deslizamiento por una montaña. En lugar de dos, solamente se utiliza una tabla construida en materiales como carbono o kevlar de la que salen dos fijaciones prácticamente paralelas. El snowboard tiene una serie de peculiaridades muy próximas al surf, el fun board o el skate. El entorno de esta práctica ha traído consigo un amplio número de términos que definen estilos, zonas o acrobacias por lo que palabras como freeride, snowpark, handrail o boardercross forman parte ya del lenguaje de los adictos a esta doctrina.

LAS ESTACIONES ARAGONESAS

Seis son las estaciones aragonesas dedicadas al rey de los deportes de invierno: el esquí alpino. Cuatro se reparten en el Pirineo oscense y dos en las sierras de Gúdar-Javalambre, en Teruel. Astún, Candanchú, Formigal-Panticosa, Cerler, Javalambre y Valdelinares son nombres que pronto se asocian al esquí y que centran la atención no sólo de aragoneses, sino de otros esquiadores venideros de buena parte del país. Descubra las particularidades de cada una, las novedades, servicios y otros detalles.

Sin duda la realidad turística de esta comunidad pasa inexorablemente por la nieve, uno de los recursos más atractivos de cuantos se reparten por Aragón. Un mundo de sensaciones que llegan con las primeras nieves y que perduran en la retina durante todo el año.

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CANDANCHÚ

Rodeada de altas cumbres, al amparo de los vientos, la primera estación de esquí del país es asimismo la de mayor extensión esquiable de todo Aragón con cincuenta y ocho kilómetros balizados. Además de alpino Candanchú ofrece recorridos nórdicos ampliando así su cobertura y ordenación.

La permanente afluencia de esquiadores durante la temporada invernal y la celebración de distintas competiciones exigen un absoluto dinamismo a la experimentada estación de esquí de Candanchú, poseedora del distintivo Q de Calidad turística otorgada por el ICTE en 1999 y renovada en 2001.

Nombres como Pista Grande, Tobazo, Tuca Blanca, Tortiellas o Zapatilla forman al entramado de pistas y recorridos a través de 58 kilómetros esquiables.

Candanchú pueblo se encuentra contiguo a las pistas por lo que directamente se accede a los remontes que conducen a las cumbres y laderas de la estación. Cuenta con todos los servicios necesarios para completar una intensa jornada de esquí, bien sea alpino o de fondo ya que posee circuitos nórdicos.

El que Candanchú ostente el título de estación nacional más veterana sirve como garantía para disfrutar plenamente de un día de nieve. Sin duda representa un magnífico foco para un disfrute sin límites.

Webwww.candanchu.com.

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ASTÚN: Lo último en snowboard

Además de su trayectoria dentro del esquí alpino, Astún ha abierto nuevos puntos de mira con la creación de un snow-park, una zona dedicada a los amantes del surf invernal que encuentran su principal epicentro en esta estación.

En abril de 1970 coincidieron en Astún varios ingenieros pirineístas para iniciar las tareas de creación de una pista de esquí que seis años más tarde vio cómo aquel proyecto pionero fraguó en la puesta en marcha de la actual estación.

En el límite fronterizo con Francia y a treinta kilómetros de Jaca, Astún está dispuesta en una orientación de oeste a este lo cual sirve para esquivar corrientes ponderadas y evitar la excesiva insolación que mantiene perfectamente la nieve asentada.

A la infraestructura de este enclave que incluye junto a las pistas, entre otros, un trampolín de salto, se le ha sumado un snowpark pensado para los amantes del snowboard. Allí, el half-pipe -medio tubo- sirve como marco para realizar saltos increíbles y piruetas imposibles.

Astún prospera con el paso de los años para dar cabida a todo tipo de esquiadores con instalaciones para todos los gustos.

www.astun.com

ARAMÓN FORMIGAL - PANTICOSA: en el corazón del valle de Tena

El esquí en el valle de Tena, casi rozando la frontera francesa, viene de la mano de Formigal y Panticosa, que hoy en día forman una sola estación. Su capacidad, infraestructura y servicios las convierten en punto de mira de muchos esquiadores que encuentran en sus pistas un mundo blanco lleno de vertiginosas sensaciones.

Formigal es la estación aragonesa con mayor dominio esquiable, se encuentra ubicada en el término de Sallent de Gállego y alcanza una cota máxima de 2.200 metros de altitud. Se creó en el año 1964 y desde entonces no ha dejado de seducir a esquiadores y aventureros. Esta estación invernal centraliza otras importantes actividades como el esquí nocturno, una práctica totalmente sugerente, lo cual extiende su capacidad para disfrutar más y durante mayor tiempo.

Panticosa es una de las estaciones pirenaicas veteranas, con más de treinta años de historia, cuya constante evolución ha redundado en una sustancial mejora de servicios e instalaciones. Representa una estupenda opción para la práctica de alpino y snowboard, entre otros, con un mapa de pistas en el que pendientes moderadas conviven con otras más escarpadas.

Es una de las estaciones preferidas por las familias y punto de referencia para mayores y pequeños. Panticosa, pueblo y estación, comparten el punto desde el que sale la telecabina que desemboca en la zona principal de la estación. Desde allí existen variantes que conducen al valle de Sabocos, a la zona de Petrosos y a otras muchas áreas en un completo entramado de arrastres y telesillas.

www.formigal-panticosa.com

ARAMÓN CERLER: el valle de Benasque

En el término municipal de Benasque, entre cimas que sobrepasan los tres mil metros, las faldas blancas del Gallinero, la cota más alta, y sus cumbres contiguas dibujan los trazados de la estación invernal de Cerler, una de las más imponentes de cuantas existen en Aragón por altitud y paisaje.

Cuarenta y cinco pistas a las que se accede mediante diecisiete remontes, entre telesillas, telesquís y cintas transportadoras, cubren una superficie esquiable de 52 kilómetros. La historia de Cerler comenzó a fraguarse en 1970 y durante los más de treinta años de trayectoria ha logrado posicionarse dentro del universo invernal que ofrece el Pirineo aragonés.

Para hacer frente a la enorme demanda existente, la estación dispone de una capacidad que supera los veinte mil esquiadores a la hora que se reparten por los distintos sectores como son Cerler o Ampriu. Pistas azules, verdes, rojas y negras sirven como abanico multicolor por el que descender con mayor o menor dificultad desde los 2.630 metros de la cota más alta, hasta los 1.500 de partida. Y para contrarrestar los inviernos suaves, Cerler dispone de un completo sistema de innivación artificial para asegurar una perfecta y provechosa jornada de esquí.

Son estos argumentos suficientes como para llegar hasta Benasque y, a partir de ahí, deslizarse por los caminos balizados de Cerler, o bien practicar el amplio número de disciplinas invernales que ofrece tanto la estación, como el valle.

www.cerler.com

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