Una vez que haya desplumado y limpiado la perdiz, flamee su cavidad torácica con alcohol y sofríala en aceite tras haberla asado. A continuación, coloque en una cazuela la cabeza de ajos enteros y sin pelar junto con el vinagre, el aceite, el laurel, el tomillo y la pimienta negra y, ponga todo a cocer a fuego lento durante dos horas.
Una vez que esté hecha, saque la perdiz y deje que el aceite se pose. Al día siguiente, si quiere conservar el ave, póngalo en otro recipiente y vierta el aceite por encima, cuidando que no se caiga el poso. Si falta grasa añada más aceite hasta que se cubra la pieza.